Parece ser que ahora el nombre correcto de este país en el que resido temporalmente es Países Bajos, pero me permitirán que siga llamándolo Holanda. Sobre todo si tengo que acudir a los gentilicios que no acabo de encajar bien: ¿"paisbajeño"? ¿"paisanobajito"? ¿"paisbajareño"?
En fin, Holandeses, con mayúsculas, que bien las merecen.
Llegué el domingo a mediodía tras día y medio de viaje y he decir para hacer honor a la verdad es que mi llegada no es la misma que la mayoría de los que emigran a un país extraño. Yo he de decir que he tenido un recibimiento muy caluroso y confortable que mitiga en gran parte esa sensación de desarraigo que si venía sintiendo desde el momento que decidí finalmente emigrar, especialmente sentido durante los 2.000 kms. de camino hasta aquí.
Si habláramos en términos de carrera ciclista, sería como comenzar una crono-escalada en un día lluvioso con una buena rampa cuesta abajo para coger fuerza y con siete ángeles cubriendo con paraguas mi recorrido inicial. Pues así me siento, un privilegiado entre tantos que, como yo, han tenido irse lejos de casa a buscarse sus habichuelas.
Gracias, se me hace corto, cortísimo, para expresar lo que siento.
Ya había estado antes en Holanda, pero no trabajando y no sabía lo que me podría encontrar. Había contactado desde A Coruña con varias agencias y había visto muchas vacantes en las que podría encajar a pesar de no saber una palabra de "Dutch" que es como se llama al idioma que se habla aquí. Pero una cosa es la teoría o otra la práctica y no tenía muy claro como sería esto de buscar trabajo aquí sin hablar ni entender el idioma del país.
Me puse cuanto antes a la faena. El lunes a primera hora de la mañana, no a primerísima, por que aquí se madruga de un modo inmisericorde, salí a visitar ocho agencias de empleo que previamente había seleccionado en un radio de 20 kms. de donde yo vivo ahora, Eersel. Eso incluía Eindhoven, la ciudad más importante de este área.
Pues bien, de esas ocho visitas, en seis fui entrevistado (en inglés, claro) y se interesaron por mi currículo y en el tipo de trabajo que estaba buscando, en las otras dos me dijeron que, debido al covid, solo atendían con cita previa o telefónicamente. El resto de los días de la semana solo me tuve que limitar a atender las llamadas de las agencias visitadas o bien pidiendo información adicional o bien ofreciéndome diversas opciones. Me llevaron a visitar dos empresas en las que podría tener cabida y el viernes a medio día en el espacio de una hora tenía tres ofertas en firme para empezar a trabajar la semana siguiente, o sea esta. Acepté la que me pareció más ventajosa para mi y hoy mismo comencé a trabajar.
¿E non poderán falar cristiano?... ainda que, como dixo a avoa dun compañeiro: "Eles, cando están na casa, falan coma nos..."
ResponderEliminarBicos animosos e ¡adiante, campeón!