Jugaba con mi nieto en el campo, un muchachito muy inquieto y vivo que va a cumplir pronto tres añitos. Siempre quiere participar cuando estamos haciendo alguna tarea, es curioso y tiene una sonrisa que me cautiva.
Me ayudaba a limpiar un enorme barreño y espontáneamente le dije que le quería mucho y le pregunté si él me quería a mi y rápidamente mirándome con sus enormes ojos me dijo que sí. Le pregunté que por qué me quería y sin levantar la mirada de la faena me contestó rápida y categóricamente: - ¡Porque sí!
No es que el rapaz meditara mucho la respuesta, incluso, para ser honesto, diría que sonó a: !pero qué pesado eres, abuelo! ¿qué pregunta es esa? ¡Calla y sigue jugando conmigo!
Seguí sus instrucciones implícitas y nos divertimos compartiendo tareas juntos.
No obstante no dejé de pensar en su espontáneo "porque sí". Y es que creo que en realidad cuando uno llega a querer de verdad, efectivamente, lo acaba haciendo porque sí.
A unos los queremos por que los conocemos desde que nacemos, a otros los amamos como si hubiesen nacido con nosotros. Y a todos los que queremos de verdad, en realidad, los continuamos amando por la misma razón: Porque sí.
¿Se puede querer acaso con autenticidad si no se hace incondicionalmente? Yo creo que no.
A las personas a las que quiero siempre en mi vida, a las que amo de verdad, llegado ese punto se les quiere por encima de cualquier atributo o requisito. No importa si no piensan como yo, no importa si no compartimos nuestras creencias, ideales, gustos, aficiones o si nos es conveniente o no estar unidos por ese lazo afectivo que nos enriquece mutuamente. Si el afecto es puro. Todo se supera.
Tengo la fortuna de poder contar entre las personas a las que considero amigos, y por lo tanto, en gran medida amados, a una gran variedad de colores de caracteres, razas, ideologías y sensibilidades.
Un famoso estudio realizado por el antropólogo Robin I. M. Dunbar dice, entre otras cosas, que los amigos verdaderos son abundante fuente de beneficios, aun más, afirma que son más provechosos que una buena dieta u otros hábitos saludables. A mi parecer y por mi propia experiencia personal, así es. Pocas cosas más estimulantes que un abrazo sincero de alguien querido. Nada más estimulante que sentir el afecto desinteresado de un amigo. Pocas cosas más reconfortantes que recibir un abrazo sincero porque sí.
Pero cuando intento analizar las razones de por que este o el otro son personas tan importantes en mi vida puedo enumerar muchas razones por las que quiero a ese amigo o amiga cerca de mi, pero por encima de todas ellas, la que al final demuestra que se han convertido en fundamentales para ti es cuando concluyo que por encima de todo ya uno les quiere PORQUE SÍ.
Porque sí!!
ResponderEliminarEse porque si es el autentico. cuando hay comunión con alguien no hace falta mas. Gracias esa reflexión muy buena que parte de la sabiduría de un niño.
ResponderEliminarGracias Carlos!!!!
EliminarTan bonito como siempre 😘😍
ResponderEliminarGracias!!!
EliminarPor qué si así es
ResponderEliminarEs que el amor de un niño no distingue el color, ni edad, ni se da cuenta de los defectos que tengamos; su amor es puro y verdadero, nos hace sentir importantes... Como adultos llegamos a experimentar situaciones que condicionan ese amor. Gracias por tus reflexiones 😊 tus palabras inspiran.
ResponderEliminarmuchas gracias!!!! un abrazo
ResponderEliminarMuy buena reflexión Paco querido amigo!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con vos!
Gracias Sebas!!! Abrazos
EliminarQué bonitooo
ResponderEliminargracias!!!!!
EliminarUn abrazo sincero desde Vigo, porque sí
ResponderEliminarGracias, Juan!!!
ResponderEliminarBonito y cierto; Gracias por compartir.
ResponderEliminarmuchas gracias!!!
Eliminar