Todos sabemos que estar lejos de algo o alguien no significa forzosamente estar distanciado de un lugar o de una persona. La distancia e incluso el tiempo no consiguen con facilidad romper un vínculo con lo que amamos con autenticidad.
Del mismo modo el apego físico no garantiza el calor afectivo que precisamos para sentirnos bien, para sentirnos felices y reconfortados. No siempre el que más amor proclama es el que más amor da. No todos los abrazos pueden dar el calor que dicen ofrecer. Más reconforta lo auténtico, lo sincero que lo pasional.
Estoy a 1.173 kilómetros de distancia de lo que más amo, pero nunca he dejado de sentirme al lado de todo eso que me hace feliz independientemente del tiempo, la distancia y las circunstancias. Un día leí un tatuaje que rezaba: "lo más lejos de ti, a tu lado"
Estos últimos 8 años de mi vida han sido, sin duda, los más difíciles, pero, por contradictorio que pueda parecer, coinciden con los años más felices de mi existencia. Me doy cuenta de que las dificultades no le privan a uno de la felicidad, las dificultades transformarán tu vida en la medida que establece la actitud con las que las enfrentas. También es cierto, al menos en mi caso, que tiene mucho que ver el "al lado de quien" enfrento los desafíos que la vida me está regalando esta última década. No estoy muy seguro de que, de saber lo que se me vendría encima, hubiese aceptado tan enormes retos entonces.
Las dificultades que tengo superar cada día no conforman mi estado de ánimo, felizmente no es así. Es mi actitud, mi fe y el apoyo de los que quiero y me quieren lo que me permite seguir adelante con la ilusión que viene de la certeza de que más pronto que tarde las circunstancias mejorarán y entonces podré disfrutar más plenamente de eso mismo que me permite simplemente sobrevivir ahora.
Los que estamos lejos de casa, no dejamos de ser de casa. Por mucho que se empeñen algunos que se dicen patriotas, que viven opulentamente de ese patriotismo falso e hipócrita, un patriotismo que en lo que a depósitos se refiere es mas un patriotismo suizo que español. Esos que se llenan la boca de España, pero que vomitan a los españoles. Esos que dicen que ya no nos podemos poner enfermos en nuestro país mientras sus regentes dan a luz en quirófanos privados. Esos que hacen pagar por la justicia a los ciudadanos de bien para que los ricos y nobles, puedan pasarse esa justicia por el forro de sus jubilaciones millonarias y vitalicias. Esos que se cuadran al sonido del himno con la mano sobre el pecho (más concretamente sobre la billetera). Esos que comen delicatessen cada día que pagamos lo que ya no tenemos ni para el buffete de 3 €. Todos esos que viven en el corazón del país y que hacen de su país una cloaca para los que llevamos el país en el corazón.
¿Quienes están más lejos?
Amén... como siempre ¡todos los ánimos del mundo!... mañana le daré abrazote a Idoia para que te lo transmita... (como no sé por qué no se publica, lo reenvío de nuevo)
ResponderEliminarGracias Bertiña!!! Ya me dijo Idoia que estás por A Coruña. Te dará un abrazo de mi parte.
EliminarCuidate.
(yo tampoco entiendo por que fallan los comentarios, me lo dice más gente)