Tenía mis dudas que este tipo de moto, hecha para rodar en ciudad, aguantara bien todo un viaje de unos 800 kilómetros, pero tras hacerle una revisión a fondo y con la confianza del mecánico me decidí a llevarla. Todo lo que me ayudara a tener un buen trabajo es de agradecer.
Salí el domingo, a primera hora de la tarde de A Coruña, con la moto cargada con una pequeña maleta sobre el asiento del pasajero, incluso me proporcionaba esto un confortable respaldo. Viajé 250 kms. evitando las autovías y disfrutando del hermoso paisaje del Cantábrico, con el mar a tu izquierda y los Picos de Europa a tu derecha. Hice fin de etapa en Avilés, tras un buen descanso, el lunes tempranito salí hacia Santander a donde llegué un par de horas después y me dió tiempo a dar un paseo por esta bonita ciudad tras dejar en la línea de embarque a mi Aprilia Atlántic que tan bien se comportó tras 489 kms. de trayecto, haciendo una media superior a los 100 kms/hora.
Cuando regresé al puerto tenía unas 80 motos detrás de mi, todas de gran cilindrada y todas británicas, pero ahí estaba yo, de primero, con un par, jajajajaja.
Entramos en las bodegas de este enorme buque y detrás de nosotros camiones, furgonetas, caravanas y decenas y decenas de turismos.
Este Ferry, el "Pont Aven", de Brittany Ferries, es realmente confortable, con grandes camarotes de amplias camas y las butacas, donde yo viajé, tampoco estaban nada mal, parecidas a los asientos de primera en los aviones. Restaurante de lujo, discoteca, pub, piscina...en fin como un crucero, pero en pequeño. La inmensa mayoría de los pasajeros eran Británicos, las numerosas sandalias con calcetines no dejaban lugar a a dudas, aún antes de oirles hablar. Aun quedaba una hora para zarpar y ya corría la cerveza por doquier.
Tenía por delante 24 horas de travesía, unos 1.000 kms. subiendo hacia el norte el Cantábrico y entrando en el Canal de la Mancha.
Tras salir del puerto de Santander disfrutando de unos preciosos paisajes la estela que el buque iba dejando sobre el océano me hacía pensar: "alea jacta est" y entre un pelín de cangelo y esperanza fuí perdiendo de vista la costa de España. La noche prácticamente en blanco para mi, dejó paso a un precioso amanecer y poco tiempo después se divisaban las primeras vistas de territorio inglés.
El tiempo era agradable y podía disfrutar de los paisajes de la Costa Británica, cocretamene de la Isla de Wight y sus blancos acantilados. Me alivió ver que la lluvia no estaba presente, pensando en el camino aún por recorrer en la moto. A la hora prevista arribamos al puerto de Portsmouth y tras una larga hora de espera pudimos salir.
El gps no me funcionaba, eso me puso nervioso. Además la salida del puerto era directa al autopista, me martilleaba la idea de recordar ir siempre por la izquierda. Los primeros minutos de circulación en Inglaterra fueron de desconcierto, de susto, de tensión, casi de histeria por tener la sensación que eso era de locos. Iba a 120 por un autopista, en el sentido contrario al habitual y por el carril de adelantamiento... aaaaaaaaaaah. Tras una parada para recuperar el gps enfrenté mi primera rotonda británica, uuuufffff, qué vértigo!!! Me habían advertido de las rotondas en Inglaterra, pero tomar las primeras te creaba una extrañisima sensación de que alguien te pasaría por encima en cualquier momento. Regresé al autopista y tras dos horas de viaje y atravesar el infernal tráfico de Londres llegué a mi destino a buena hora, pero con mucho frío.
La pequeña Aprilia se había comportado de maravilla y recorrió 749 kms. a un buen ritmo y me llevó hasta Braintree, Essex, U.K. sin ningún problema.
Primer objetivo conseguido: ya estamos aquí.
Ayyyyyyyyyyyyy!!! estuve girando contigo en la rotonda e imaginando que conducía "al revés"... siempre admiré a la gente que alquila coche en Inglaterra... en otros lados ¡vale! pero ahí... ¡horror, terror, pavor!... la admiración que tengo por ti aumenta cada post que leo... ¡no pares, sigue, sigue!... mantennos informados, porfis... Idoia, como pienso que leerás esto ¡besote gordo!
ResponderEliminarcomo me entiendes, Bertiña !!! bicos
ResponderEliminarJe je, esto me recuerda cuando yo llegue a Inglaterra, mientras estabamos esperando en el aereopuerto a que nos viniesen a buscar, nos fijamos ( y reimos por supuesto ) en un hombre que llevaba sombrero de cow-boy, ademas nos dimos cuenta que llevaba una especie de funda plastica para protegerse de la lluvia -es una idea si te olvidas el casco de la moto en casa, porque lluvia ya sabes que no te va a faltar-, de repente se da la vuelta hacia nosotros y ....uppppssss, el tipico letrero de aereopuerto -era la persona que nos venia a buscar al aereopuerto-, y por cierto que en nuestro trayecto a destino nos parecio que conducia por el carril contrario ;) y descubrimos que se trataba de un verdadero cow-boy de Idaho y presi de la mtc London. Saludos y a disfrutat las nuevas experiencias con buen humor.
ResponderEliminargracias Jose, te enviaré las fotos en cuanto ponga un poco de orden por aquí. Te agradezco tu esfuerzo por ayudarme con la web. Un abrazo a ti y a toda la familia
ResponderEliminarMe alegro de que llegastes bien. Buena suerte en tu nueva etapa, que encuentres felicidad. Besos, Pachi
ResponderEliminarCon este blog nos haces partícipes de tus aventuras, que seguro no serán pocas. Ten por seguro que en mi caso, al leerlo, es como si fuera contigo; así que fuerzas "apañero", duro con ellos. Me tienes ahí a tu lado por si hago falta.
ResponderEliminarGracias Pachi, intento traerme la felicidad conmigo, que será casi completa cuando llegue mi compañera. El casi es encontrar el trabajo que alimente esa felicidad. Un beso para ti y los tuyos.
ResponderEliminarGracias "apañero" Oscar, gracias por tu compañía, la agradezco, de verdad. Saludos a tu padre, por cierto. Un abrazo, meu amigo picholeiro!!!!
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